Los medios de comunicación, a menudo, producen noticias impactantes para captar la atención del público. Un ejemplo claro es el bulo que hoy desmentimos. Nos referimos en concreto a enfermedades derivadas del uso y la exposición a las radiaciones no ionizantes que emiten los móviles y que ciertos ámbitos no científicos afirman que producen cáncer. En el artículo desmentimos la relación entre el cáncer y el empleo abusivo de estas nuevas tecnologías.

Este bulo tuvo su origen tras una interpretación errónea de un artículo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la radiación no ionizante y sus efectos en la salud por exposiciones. Algunos aspectos que motivaron la divulgación de este bulo: el rechazo que sentían muchas personas por estas nuevas tecnologías, los intereses económicos de las compañías que fabrican productos para reducir la radiación de los móviles, así como fake news anunciadas por los medios de comunicación para captar más usuarios, así como rumores difundidos por ignorantes sobre el tema. Sin embargo, actualmente, la ciencia ha demostrado el desacierto de esta afirmación.

Según se ha podido confirmar, la radiación electromagnética emitida por los móviles no tiene la suficiente energía para dañar el ADN de las células, ya que se trata de una radiación no ionizante débil. Tal y como afirmó el doctor en neurociencia Alberto Nájera López: “Las ondas de radiofrecuencia son las que usamos para las telecomunicaciones, como el 5G o la telefonía. Estas están entre diez mil y cien mil veces por debajo de los límites establecidos como potencialmente peligrosos”. Concretamente, los teléfonos transmiten entre 450 y 2700 Hz y tienen un pico de potencia máximo de 0 a 2 vatios. Consecuentemente, estos valores de radiación no llegan a ser suficientemente dañinos.

En relación con los efectos a la salud que pueden causar los móviles, según la OMS, se han analizado los efectos a corto plazo, analizando aspectos como los posibles efectos de los campos de radiofrecuencia en la actividad eléctrica cerebral, el sueño, el ritmo cardíaco, la presión arterial y el calentamiento de los tejidos. En ninguno de ellos se han aportado pruebas sobre sus efectos. Respecto al largo plazo, se pensaba que la radiofrecuencia afectaba al cerebro, pero esto fue desmentido por falta de pruebas.

Adicionalmente, el estudio INTERPHONE no encontró evidencia de un aumento del riesgo de tumores cerebrales relacionados con el uso del teléfono móvil, pero el aumento en su uso y la falta de datos a largo plazo sugieren la necesidad de más investigaciones sobre la relación entre el uso del teléfono móvil y el cáncer cerebral. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha impulsado la investigación sobre los posibles efectos en la salud de los niños y adolescentes, ya que son un grupo de población que está cada vez más expuesto a la radiación del teléfono móvil a lo largo de su vida. Actualmente, se están realizando diversos estudios para investigar estos posibles efectos. 

De todos modos, la relación establecida entre el consumo prolongado de estos aparatos telecomunicativos y un mayor riesgo de aparición de enfermedades cancerígenas cada vez es más común en nuestras redes sociales. Diversos estudios, como el elaborado por el doctor Joel M. Moscowitz, proponen que el empleo del móvil después de 10 años duplica el riesgo de contraer un cáncer, especialmente en la cabeza y en el cuello. Sin embargo, faltarían investigaciones más concluyentes para poder afirmar con total seguridad este hecho. Otro aspecto relevante es la catalogación por parte del Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSS) de los campos magnéticos de radiofrecuencia como clase 2B, posiblemente cancerígeno para el ser humano.

Desde nuestro punto de vista, pensamos que este bulo está muy difundido entre la población debido a su desconocimiento acerca de estas tecnologías. 

Bibliografía: 

1 comentario en “El móvil, libre de cáncer”

  1. Muy interesante, y un tema que nos toca muy de cerca a todos y todas en el mundo en que vivimos hoy en día. Aportáis muchos datos y una amplia bibliografía que permitiría al lector profundizar más en el tema si así lo quisieran. Para la próxima vez, también podríais incidir en algunos aspectos un poco más. Explicar desde el punto de vista científico algunos de los conceptos más complicados de entender ayudaría al lector. Os invitamos a ampliar esta información en un nuevo comentario ¿cómo la radiación consigue dañar el ADN? ¿Cuáles son los límites de radiación considerados como peligrosos? ¡Gracias por la colaboración!

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