Expertos advierten sobre los riesgos invisibles de estos compuestos químicos en nuestra vida cotidiana. Nosotros comprobamos el efecto de los disruptores endocrinos en el desarrollo de los tenebrios.
Desde la revolución industrial, el hombre ha ido poco a poco avanzando en el mundo de la química. El uso de sustancias químicas ha estado siempre presente y relacionamos este uso con actividades y resultados positivos que dan a nuestro día a día una mayor comodidad. Por ejemplo la química y los productos químicos está en los procesos de purificación y desinfección del agua, incluso la química juega un papel importante en la desalinización de la misma, está en los plásticos que utilizamos para fabricar ropa, tejidos, teléfonos, electrodomésticos, coches… y ni que decir de su uso en medicina. Pero, ¿es realmente todo tan positivo?
La actividad química tiene también un impacto negativo sobre el medio ambiente y también sobre nuestra salud. Hoy en día, tanto el medio natural como nosotros mismos estamos expuestos a nuevas sustancias químicas, tanto en el proceso de fabricación, como la distribución o mismamente durante la degradación de estos químicos.
El hombre, desarrolló la capacidad de sintetizar productos químicos, y desde el inicio de la revolución industrial, existen más de 120 000 los compuestos químicos sintetizados, con una incorporación media anual de 2000 químicos más.
Esos químicos conviven con nosotros, y ¿sabemos sus consecuencias? A día de hoy es un campo bastante desconocido, y a pesar de que la OMS ya habla de los daños que causan, hay tantas sustancias químicas en nuestro día a día que la investigación sobre ellas y sus efectos es una prioridad. Es más, esta organización, habla de que la exposición a las sustancias químicas (además de juntos con otros factores ambientales) pueden ser las causantes del aumento de enfermedades y trastornos, y alude al hecho de que es necesario seguir realizando investigaciones puesto que en este sentido estamos todavía en pañales.
eL TÉRMINO DISRUPTOR ENDOCRINO
Estas sustancias químicas se bautizaron como Disruptores Endocrinos. Nombre procede del inglés “Endocrine Disrupting Chemical ”, y se utilizó por primera vez en 1991, en la Conferencia de Wingspread, organizada por la Dra. Theo Colborn, miembro del World Wildlife Fund y de la W. Alton Jones Foundation. Se bautizaron así debido a que muchas de ellas se comportan en nuestro organismo como si fuesen hormonas.
Los disruptores tienen la capacidad de interactuar o interferir con el sistema endocrino, es decir, con el sistema que regula la coordinación hormonal y el desarrollo en general. Esta alteración del sistema provoca alteraciones sobre la salud relacionados con el desarrollo y la alteración hormonal. Concretamente, los disruptores endocrinos pueden llegar a causar diferentes enfermedades relacionadas con la salud reproductiva de la mujer, trastornos metabólicos, enfermedades neurológicas, cáncer, o trastornos cardiovasculares entre otras. Son muchas las citaciones científicas que hacen referencia a los trastornos producidos por los disruptores.
El problema fundamental, es que por lo general, que el efecto de los disruptores endocrinos sobre el organismo es acumulativo e irreversible y se pueden transmitir de una generación a otra sin que se haya manifestado patológicamente. Los disruptores están en todas partes, es muy difícil escapar totalmente de ellos.
Ya en el año 2007, Nicolás Olea (catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada) y María Taracón (Responsable Seguridad Química. D.G. de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica. Consejería de Salud. Junta de Andalucía) realizaron un estudio sobre disruptores endocrinos y reflejaron cuales son los mecanismos de actuación en el organismo:
- Pueden mimetizarse y hacerse pasar por una hormona realizando su función.
- Pueden unirse a un receptor impidiendo que la hormona natural lo haga.
- Pueden alterar las hormonas presentes en la sangre interfiriendo con las proteínas de transporte.
- Pueden afectar a la síntesis y destrucción de las hormonas.
- Pueden modificar la actividad de los genes relacionados con las hormonas y sus receptores.
¿CÓMO SE CLASIFICAN?
Debido a que los disruptores endocrinos son tan abundantes y tan variados se suelen clasificar en 4 grupos según su naturaleza:
- Productos químicos sintéticos: podemos encontrarlos en pesticidas, cosméticos, pasta de dientes, en polímeros de los plásticos, plaguicidas, fertilizantes, pinturas, detergentes, en recubrimientos de latas usadas en consumo, etc…
- Medicamentos sintéticos: se encuentran en anticonceptivos hormonales, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) admite el uso intencionado de disruptores en píldoras anticonceptivas, sustitutos de hormonas tiroideas y medicación sustitutiva para la menopausia.
- Productos químicos naturales: como los fitoestrógenos de la soja (llamados isoflavonas).
- Hormonas naturales: que proceden de animales o personas y son liberados al medio ambiente.
¿DÓNDE SE ENCUENTRAN?
Se han detectado más de un millar de sustancias químicas con esta capacidad disruptora. Según su estructura y la fuente de exposición los más comunes son:
- Metales pesados. como el mercurio, el cadmio, el plomo o el arsénico. Se encuentran en el medio ambiente y se acumulan en muchos animales que consumimos, sobre todo en peces de gran tamaño como el atún, el pez espada o el tiburón.
- Plaguicidas. el DDT, que fue prohibido en los años 70, está todavía en el ecosistema y se acumula en los animales, desde donde pasa a la cadena alimentaria humana. Y los plaguicidas actuales, como los insecticidas organofosforados que son muy usados.
- Sustancias per/polifluoroalquiladas o PFAS, también conocidas como “químicos eternos” por su larga duración en el medio ambiente (hasta miles de años). Se encuentran en materiales de envasado de comida, en sartenes y ollas antiadherentes, en productos de limpieza, e incluso se han llegado a encontrar recientemente en pajitas de papel y bambú.
- Retardantes llama. se usan en la fabricación de muebles, plásticos, textiles o equipos electrónicos, para hacerlos menos inflamables. Estos químicos pueden acumularse en el polvo y aire de los espacios interiores.
- Fenoles. como bisfenol A (BPA), utilizado en el revestimiento de latas metálicas de comida y bebidas, botellas, tuppers y plásticos. También existen los parabenos, que se hallan en infinidad de productos cosméticos de uso diario; y el triclosán, utilizado en productos de higiene como pastas de dientes, geles hidroalcohólicos y desodorantes. Y las benzofenonas, utilizadas en la mayoría de las cremas solares y en maquillaje.
- Ftalatos, usados en cosmética, perfumes, pinturas y en la fabricación de plásticos. Calentar envases con comida hace que los ftalatos lleguen a los alimentos.
COMPROBAMOS EL EFECTO DE LOS DISRUPTORES SOBRE LOS TENEBRIOS CON UN EXPERIMENTO ESCOLAR
Al hilo de esta información, nuestros compañeros de 4º ESO dirigidos por la profesora de Biología, realizaron un experimento para determinar el efecto de los disruptores endocrinos en el desarrollo de los gusanos de la harina (Tenebrio molitor). Estos pequeños animales se usan para alimentar a algunas mascotas por lo que son fáciles de conseguir y también fáciles de mantener en el laboratorio escolar.
Los tenebrios se alimentan de material vegetal, como hojas, frutas, granos y semillas. Tienen un ciclo vital que pasa por fase huevo (5-7 días), fase gusano – larva (6-7 semanas), fase pupa (6-10 días) y por último fase adulta siendo escarabajo (8-10 semanas).
Para su experimento, nuestros compañeros separaron 400 larvas de tenebrio que fueron alimentadas con avena y zanahoria ecológica y otras 400 larvas alimentadas con avena y zanahoria no ecológica. Este proceso de alimentación se mantuvo durante 5 meses. Todas las semanas hacían un recuento de pupas en ambos grupos de alimentación.
Los resultados reflejan lo que nosotros hemos buscado sobre los disruptores y su efecto en el desarrollo. Además de esto, se vio un incremento en el peso de los tenebrios alimentados con comida no ecológica con respecto a los que comieron eco. Estos resultados en animales sobre el aumento de peso, están evidenciados en un estudio realizado en la Universidad de Vigo en 2012. Estos resultados escolares, parece que refuerzan los datos ya existentes a nivel científico.
El impacto del conocimiento de los disruptores a nivel social fue tal, que la preocupación por estas sustancias llevó a que en 2018 la Comisión Europea, a través de una Comunicación, confirmó su compromiso para proteger a los ciudadanos y el medio ambiente de estos químicos, motivando un impulso sobre la regulación y legislación de los mismos.
Zaira Comesaña, Dubra Covelo, Alba Prieto y Paula Vila.
Hola equipo, ¡buen trabajo!
Es una noticia muy completa: links a distintas fuentes, explicáis un término desconocido y hacéis una gran labor de divulgación científica. Sin duda lo que aporta un gran valor al contenido (sin desmerecer el resto) es el experimento que habéis podido realizar en el aula. La estructura que seguís con preguntas y puntos explicando conceptos facilita mucho la lectura. Las fotos que ilustran la noticia aportan un gran valor y están citadas correctamente: tienen un pie de foto y la autoría. ¡Bien hecho!
Por poner algún pero a la noticia, señalamos tres cosas:
1. Quizás el titular podría ser algo más divulgativo, ya que creo que para mucha gente el término «disruptores endocrinos» puede ser desconocido.
2. Se tiende (en general) a usar mucho el término expertos. Creo que es mejor intentar evitarlo.
3. El contenido quizás en algunos momentos se parece más a un trabajo académico que a un texto periodístico. Se podría trabajar más ese estilo, por ejemplo, viendo ejemplos de noticias para coger ideas de estilo y estructura.
Dicho esto, el trabajo es muy bueno. ¡Seguid así!
¿Conocíais estos conceptos? ¿Qué os parecen? ¿Qué os pareció el experimento? ¡Os leemos!
Me parece muy bueno el trabajo al mismo tiempo que abre los ojos sobre una cantidad de productos químicos que estamos consumiendo sin saberlo. Realmente da un poco de miedo, ¿no?