Vida y obra de un meteorólogo en la antártida

Usuario: iescampdeturia

Videoconferencia del alumnado de Bachillerato del IES Camp de Túria con Braulio Aguilar desde la base Juan Carlos I en la Antártida

Este jueves 14 de marzo el alumnado de bachillerato del IES Camp de Túria se ha comunicado por videoconferencia con el meteorólogo Braulio Aguilar (AEMET, Valencia) quien se encuentra actualmente en la Base Antártica Española Juan Carlos I de la isla Livingston, perteneciente al archipiélago de las Islas Shetland del Sur, en la Antártida.

Como introducción, Braulio nos ha explicado que la AEMET está trabajando en la XXXVII Campaña Antártica Española dentro del convenio de colaboración con el Ministerio de Ciencia e Innovación, en coordinación con el comité Polar Español y nos ha subrayado la importancia crucial que tiene el hecho de que la Antártida no pertenezca a ningún país ya que con ello se la protege de la posible explotación de sus recursos naturales, que hay bajo los tres mil metros de hielo acumulado sobre este continente. 

La importancia de la Antártida para el planeta nos ha quedado muy clara al comprender su papel como generador del frío planetario y su contribución a la termorregulación planetaria mediante corrientes atmosféricas y oceánicas que la rodean. Con ellas se consigue equilibrar el calor absorbido por los continentes no helados.

De forma resumida y mostrándonos fotos de las reuniones del equipo español, nuestro entrevistado nos ha indicado que la labor de la AEMET en la base es la de proporcionar las predicciones diarias que guiarán a los científicos en sus estudios y exploraciones de la jornada. Además, la labor de los meteorólogos asegura el mantenimiento de las series climatológicas de datos de las estaciones antárticas, cuyos registros se pueden consultar en tiempo real en la web de AEMET: https://antartida.aemet.es/index.php?pag=tiemporeal.

La base alberga 50 residentes, la mitad científicos y la otra mitad técnicos. Estos últimos se encargan del mantenimiento y la seguridad, además de guiar a los científicos en las incursiones sobre el terreno ya que, aunque la base solo opera en verano, las temperaturas y condiciones del lugar imponen estrictas medidas de seguridad y una organización importante. Como medida de seguridad existe la prohibición de abandonar la base si no se va en compañía de, al menos, otra persona y que siempre se ha de indicar la hora aproximada de llegada al punto de destino y de retorno a la base. Asimismo, el horario de comidas es muy estricto ya que es el momento que se aprovecha para realizar el recuento del personal.  

Ante la pregunta de unos alumnos sobre la impresión de estar allí y si se requiere entrenamiento específico al estilo del que tienen los astronautas en sus misiones espaciales, Braulio nos ha confesado que la experiencia supera las mayores expectativas por la singularidad del lugar y el sentimiento de pequeñez y asombro que inspira la naturaleza en estado puro. Los requisitos para llegar a la Antártida, sin embargo, no son tan estrictos en cuanto a la condición física, sino que se trata más bien de tener un estado de salud que dé ciertas garantías de no sufrir problemas que puedan requerir intervenciones más serias de las que puede brindar el único médico que asiste al personal en la base ya que el traslado de un enfermo a un centro hospitalario bien equipado requiere de 12 a 24 horas.

Cuando nos hemos interesado por la fauna del lugar, Braulio nos ha explicado que el convenio impide contactar con los animales para evitar la transmisión de enfermedades y que solo pueden hacerlo los científicos que los estudian y siempre bajo estrictas medidas de seguridad; entre las que se encuentra el uso de un traje especial que nos mostró en fotos.

Uno de los estudios que se llevan a cabo en la base es el de intentar comprender cómo el deshielo puede influir en la salinidad del agua y ésta en la formación del exoesqueleto del krill, principal alimento de muchos animales marinos, y cómo afecta a la proliferación del fitoplancton, a su vez, principal alimento del mencionado krill. Esta observación en un pequeño crustáceo puede parecer poco relevante, pero debemos recordar que el krill es un componente fundamental de la base de las cadenas tróficas marinas y la repercusión que esto pueda tener en el mismo krill y sus depredadores es una incógnita que, sin embargo, preocupa a la ciencia.

Una alumna le ha preguntado a nuestro meteorólogo si la información que le ha llegdo sobre el aumento de la superficie helada en la Antártida no era algo incongruente con la idea que tenemos del cambio climático. Ante esta cuestión Braulio nos ha aclarado que ciertos medios pueden basar sus titulares en datos que no son suficientes para estar hablando de una tendencia.  Es posible que algún estudio pueda concluir que el hielo de una determinada zona o de características concretas haya podido aumentar, pero la mayoría de estudios hablan sobre mínimos históricos, año tras año, del tamaño de la banquisa antártica (volumen de hielo global sobre el mar que rodea la Antártida).

Finalmente, se le ha preguntado si él percibía el cambio climático allí a lo que Braulio ha puntualizado que las personas no perciben el cambio climático porque es un proceso gradual de una escala temporal más amplia. Sin embargo, hasta ahora, los cambios climáticos se habían dado de forma natural y abarcando mucho tiempo mientras que hoy en día estamos asistiendo a una emergencia climática ya que el cambio se está produciendo de una manera acelerada y, posiblemente irreversible, debido a la acción humana; lo que traerá consecuencias negativas para los seres humanos del futuro.

Los 70 minutos de la videoconferencia se nos han pasado volando y nos hemos quedado con ganas de saber más sobre la labor española en la Antártida. Estamos muy agradecidos con Braulio por su calidez y destacamos el entusiasmo que muestra en su labor divulgativa. Vive y transmite con pasión su trabajo.

6 comentarios en “Vida y obra de un meteorólogo en la antártida”

  1. Ha sido una experiencia muy interesante, tuvimos la oportunidad de hablar con alguien que vive en unas condiciones muy distintas a las nuestras, y todo con el objetivo de aportar al ser humano desde la ciencia.

  2. «La charla con Braulio me resulto muy interesante, y una oportunidad única para conocer más sobre el mundo en el que vivimos. Gracias a esta charla, conocí las tareas de la AEMET, y las explicaciones sobre la vida cotidiana me parecieron muy curiosas e impactantes».
    A.S. (Estudiante de 1ºBachillerato)

  3. «La videoconferencia me pareció muy interesante, ya que me dio una perspectiva que no conocía acerca de esa zona del planeta. Me sorprendió la variedad de fauna que hay, y la importancia del trabajo de Braulio y de sus compañeros».
    A.C. (Estudiante de 1º Bachillerato)

  4. «Me encantó la charla ya que el tema en sí era bastante interesante, pero lo que más me gustó fue la manera en la que nos explicó las cosas; con tono amable y cercano. Resolvió todas nuestras dudas y despertó nuestra curiosidad sobre el tema».
    I.G. (Estudiante de 1º Bachillerato)

  5. la charla fue amena y Braulio explico algunas de las tareas que realizan y conceptos sobre la AEMET que no sabía con un vocabulario cotidiano. También nos contó anécdotas sobre su estancia en la Antártida y nos enseñó las instalaciones en las que se hospeda.

  6. Hola a tod@s, ya en casita, aquí en San Antonio de Benagéber.
    Os aseguro que poder contactar con vosotr@s y con el alumnado de otros coles ha sido para mi una experiencia muy enriquecedora. Tanto ha gustado que estamos pensando que forme parte de nuestras tareas antárticas en futuras campañas.
    Un abrazo.

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