La contaminación se ha convertido en un grave problema para toda la población mundial. Así mismo, este problema, que nos afecta a todos nosotros, también puede afectar gravemente al mundo animal y vegetal. Según el Parlamento Europeo, se estima que acaban en todos los mares y océanos entre 4.8 y 12.7 millones de toneladas de plásticos todos los años. La fundación Ellen McArthur afirma que, si el problema de la contaminación continúa, se estima que para 2050 los océanos podrían llegar a contener más plásticos que vida marina. Aparte, de acuerdo a un estudio de BBC News, la concentración de plástico en el agua ha aumentado considerablemente (de 16 billones a 171 billones) en tan solo 14 años.

Gráfica que muestra la contaminación marina a lo largo de los últimos años (2005-2019)

Según National Geographic, al tirar plásticos al agua, diferentes animales marinos se alimentan de estos sin darse cuenta, causando así que los microplásticos terminen en las vísceras de los mariscos. Cuando este hecho empezó a hacerse conocido, varios científicos comenzaron a investigar para averiguar si estos microplásticos podían acabar en el cuerpo humano al consumir estos peces y otros mariscos. Tras la investigación, llegaron a la conclusión de que los consumidores frecuentes del marisco llegan a ingerir miles de microplásticos. Según un grupo de investigadores del CSIC, la ingesta indirecta de microplásticos tiene efectos adversos en la salud humana, especialmente en el equilibrio intestinal de bacterias. Como se puede ver, la contaminación marina es un problema grave, pero, ¿cómo acaban estos plásticos en el agua? 

Hay muchas maneras por las que el plástico llega al mar, como por ejemplo con el lavado de prendas, que sueltan pelusas y fibras, que se convierten en microplásticos; también, el uso de esponjas de baño, que sueltan fibras sintéticas; y con la rutina del cuidado personal muchos exfoliantes contiene microperlas de plásticos, las cuales se lavan y acaban en el mar. Además, en el mar acaba mucha basura plástica como las botellas, redes de pesca, bolsas de basura, etc. 

Los fenómenos meteorológicos como las aguas residuales, el viento, la lluvia y las riadas influyen digiriendo los plásticos, en especial de un solo uso como bolsas de plásticos, pajitas, algodón… hacia los océanos, ya que al ser ligeros son transportados con facilidad.

Un ejemplo de la gran magnitud de contaminación es la “isla de la basura”, localizada en el Océano Pacífico, y que abarca 1.6 millones de kilómetros cuadrados. Por el hecho de  ocupar tres veces la superficie de Francia, esta se convierte en el mayor vertedero oceánico del mundo, con 1,8 billones de trozos de plástico no biodegradables entre California y Hawái.

La acumulación de basura en el océano es un problema ambiental importante, ya que puede dañar la vida marina, interferir en la cadena alimentaria, y también tiene efectos negativos en la salud humana. Aunque se le llama «isla de basura», no es una masa sólida de basura que se puede caminar o navegar sobre ella. En cambio, son pequeñas piezas de basura que flotan en la superficie del océano y se concentran en ciertas áreas debido a las corrientes marinas.

No obstante, a raíz de la gravedad del asunto, el Parlamento Europeo está tomando medidas para reducir los plásticos en los océanos en un futuro. Según las nuevas normas de la Unión Europea, se prohibirán nueve tipos de plástico de un solo uso, entre los cuales se encuentran cubiertos y platos de plástico, bastoncillos de algodón, pajitas, agitadores de bebidas y palitos destinados a sujetar globos. También se implementarán multas para las personas que tiren plástico al agua, esto con la finalidad de que las empresas y los ciudadanos se hagan responsables de la limpieza del agua. Otras medidas que implementará esta legislación serán la limpieza del 90% de botellas de plástico encontradas en el mar para 2029 y el reciclaje de al menos el 30% de estas para 2030.

Para concluir, se puede afirmar —apoyándonos en los datos que se han expuesto en la noticia— que la contaminación marina es una amenaza sumamente extendida. Esta problemática no solo perjudica el medio ambiente, sino que también afecta al bienestar de la flora y la fauna, como se expuso con anterioridad. Por suerte, ya se están poniendo en valor medidas por parte de la UE para reducir los plásticos en el agua mediante sanciones y la potenciación de los principios básicos del reciclaje y la reutilización.

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