La Academia Estadounidense de Neurología demuestra que las siestas largas se asocian con mayor riesgo de sufrir un ictus

Un ictus se produce cuando un vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se rompe o es taponado. Debido a esto, una parte del cerebro no consigue el flujo de sangre, oxígeno y glucosa, que necesita para funcionar correctamente. El estudio publicado en la revista Neurology, por la Academia Estadounidense de Neurología, demuestra que los problemas de sueño, como dormir poco o demasiado, la apena del sueño y ronquidos, aumentan las probabilidades de sufrir un ictus. Además, han demostrado que quienes duermen una media menor de 5 horas diarias, tienen 3 veces más de posibilidades de sufrir un infarto cerebral. 

Otros factores a tomar en cuenta son las siestas de más de una hora, y las no planificadas. Estas aumentan hasta un 88% más de posibilidades con respecto a los que no las toman. A esto se añade el aumento del 91% por los ronquidos. Por otro lado, los resoplidos y la apnea del sueño, multiplican por tres el riesgo de derrame cerebral.

Este estudio incluyó a unas 5000 personas, de las cuales la mitad habían sufrido un ictus. Se demostró que dormir poco está asociado con una tensión alta y dormir siestas largas suele estar relacionado con otras enfermedades subyacentes. Sin embargo, las siestas largas también pueden estar asociadas a la toma de sedantes por parte de la persona. En cualquier caso, estos síntomas han servido para la Academia de Neurología Estadounidense para demostrar que existe una relación entre el sueño y las probabilidades de sufrir un ictus. 

El neurólogo español Gerard Mayá, explica que este artículo puede generar controversia ya que “que alguien ronque o sufra apneas del sueño no significa que necesariamente va a tener un ictus”.  Sin embargo, está demostrado que dormir siestas demasiado largas o no dormir lo suficiente incrementa el riesgo de hipertensión, accidentes, diabetes, obesidad, cáncer, demencia a largo plazo o depresión.

Este descubrimiento  puede ser muy  útil para los médicos ya que pueden  incluir el sueño como un factor a cuidar entre los pacientes, influyendo además, en la calidad de vida y reduciendo otros problemas de salud.  

REALIZADO POR: Paola Moreno y Adriana Cía BACHILLERATO