¿Qué es el alma? ¿Se ha demostrado su existencia?¿El alma pesa 21 gramos?

Son muchas las preguntas que nos hacemos en torno a este famoso mito sobre el peso del alma y lo que ocurre con ella una vez que las personas morimos. En este artículo intentaremos aclarar algunas de estas importantes cuestiones que a lo largo de la historia han sido objeto de estudio desde diferentes disciplinas y que no dejan indiferente a nadie.

Según la RAE el alma es  ‘Parte inmaterial de los seres humanos’, ‘persona o cosa que da vida o impulso a algo’ y ‘persona o habitante’.

En realidad el origen del mito sobre el alma parece que  proviene del antiguo Egipto, ya que ellos tenían la creencia de que después de morir nos enfrentamos al Juicio del alma. Esto consistía en que se pesaba el corazón en una balanza y se comparaba con una pluma. Si nuestra vida había sido buena, el alma (el corazón) tenía que pesar menos o lo mismo que la pluma. Por el contrario, si no había sido tan buena, el alma pesaba más que la pluma. 

Años más tarde, concretamente en 1847, se hizo público en EEUU el caso de las hermanas Fox, quienes aseguraban haber presenciado fenómenos paranormales. Después de esto varios científicos empezaron a realizar estudios relacionados con el espiritismo, incluso después de que Margaret Fox confesará a la prensa el fraude de las hermanas.

En contexto de exaltación  espiritista en 1907, el médico Duncan McDougall publicó en los periódicos Boston Sunday Post y New York Times que el alma tenía un peso de 21 gramos, demostrado en un estudio realizado por el propio Duncan y partiendo de la hipótesis de que el alma tiene que poseer algún rastro físico que se podría pesar.

Este estudio consistió en adaptar una báscula Fairbanks (un aparato inventado en 1830 que se había vuelto mundialmente famoso pues permitía pesar objetos grandes con precisión con un error que no superaba los 5,6 gramos), a una cama y acostar a pacientes en las etapas finales de enfermedades terminales para ver la pérdida de peso en el momento de su muerte. 

El experimento está muy bien descrito en el artículo de Muy interesante  y que os resumimos a continuación. 

Duncan eligió a 6 pacientes con tuberculosis en fase terminal, y les puso una báscula en sus respectivas camas. El primer paciente falleció el 10 de abril de 1901, y, al morir, la báscula bajó 21 gramos de peso (0’75 onzas). De aquí viene la creencia de que el alma pesa 21 gramos.  Posteriormente, se repitió el experimento con 16 perros, y estos no bajaron de peso. Los resultados concordaban con la creencia religiosa de la época, que sostenía que los animales carecían de alma.

En el artículo de la  BBC  News se discuten varios de los inconvenientes objetivos que tenían los experimentos y que el propio doctor MacDougall ya analizó. El estudio sólo se hizo con 6 humanos cuyos pesos  después de morir eran contradictorias. En el primer caso se produjo una bajada de peso de 21 gramos realmente, en los dos siguientes detectaron que la balanza no estaba bien calibrada pero en los otros dos que se estudiaron en principio con todas las garantías lo que ocurría con el peso no era lo esperado ya que en uno subió y bajó varias veces en los minutos posteriores a la muerte y el otro hubo un aumento de peso. Otro de los inconvenientes era que no se podía conocer con toda exactitud el momento exacto de la muerte, lo cual hubiera ayudado a dar más precisión al experimento. 

En el caso de los perros tampoco consideraron que éstos carecen de glándulas sudoríparas que podría justificar que no perdieran peso durante la agonía. 

Los autores del artículo publicado en The conversation  explican que en 1911 Duncan MacDougall publicó un nuevo artículo en el New York Times reafirmándose en sus ideas poniendo en duda lo que afirmaban algunos de los científicos que le hacían competencia que sostenían que el alma podría ser fotografía con rayos X. 

Ni las dudas del propio MacDougall, ni el hecho de que este experimento no se hay replicado por parte de otros científicos ni el aluvión de críticas de la comunidad científica sobre el mismo han  impedido que esta teoría sobre el peso del alma se haya colado en la cultura popular del mundo entero y que perdure hasta nuestros días e incluso se convierta en argumento de importantes producciones como la película “21 gramos” de Alejandro Gonzalez Iñarritu.

Los mitos, los bulos, los temas que nos preocupan o nos asustan parece que tienen un recorrido muy largo y eliminarlos de la cultura popular es muy, muy difícil. ¡¡¡¡Tendremos que seguir trabajando en ello!!!

Nuria Carrasco Quesada, Jaime García Calero y Alba Risueño Moriñigo 3º ESO D

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