Misiones a Júpiter, regreso a la Luna, búsqueda de agua extraterrestre… la carrera espacial está más lanzada que nunca, y desde Las Palmas nos preguntamos ¿qué aporta Canarias a esta extraordinaria aventura?

El 7 de mayo de 1942 se aprobó el decreto de creación del Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica. Surgió ante la necesidad del país de disponer de un centro dedicado a la investigación aeronáutica. Hoy en día es conocido como INTA, Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial, y depende del Ministerio de Defensa. Es una organización de investigación pública que se especializa en la investigación aeroespacial y el desarrollo de la tecnología. Entre sus principales funciones, la asesoría técnica y servicios a cuerpos y organismos gubernamentales, donde es responsable de la preparación, seguridad y control, seguimiento de radar y video, registro de datos y evaluación de operaciones, en asuntos militares e industriales. También brinda estos servicios a empresas industriales o tecnológicas. Además, actúa como centro tecnológico del Ministerio de Defensa y, realiza diversos ensayos para la comprobación y certificación de materiales, componentes, equipos, sistemas y subsistemas.

Ya en los años60, pasó de la industria aeronáutica a la industria aeroespacial, poniendo los primeros cimientos de lo que significa hoy en día: el diseño y construcción de satélites con propósitos científicos, ha sido una de las principales líneas de trabajo del INTA desde 1968. En 1974 lanzó su primer satélite, un hito que nos situó al nivel tecnológico de otros países europeos “se trataba de realizar un satélite que nos enseñara a hacer satélites”, explicaba entonces uno de los técnicos del proyecto. Varias estaciones fueron creadas a finales de los sesenta por toda España, y desde ellas se han controlado misiones  como la del Apolo 11, Mariner IV, The Big Event, o el seguimiento de las sondas Viking, Voyager 1 y 2, etc.

Por su situación geográfica, Gran Canaria resulta el lugar idóneo como enlace de las comunicaciones entre el espacio y las instalaciones de la NASA.

Cerca de las paradisíacas dunas de Maspalomas, en el sur de Gran Canaria, se ubica la estación del INTA especializada en satélites de observación de la Tierra. Realiza diversas labores de  investigación y desarrollo tecnológico. Cabe destacar su implicación en el asesoramiento técnico, además de en la prestación de servicios a entidades y organismos oficiales, así como a empresas industriales o de base tecnológica, sirviendo como fuente de información para estudios universitarios. Las instalaciones están especializadas en los ámbitos de aeronáutica, hidrodinámica, seguridad, defensa e incluso es utilizado como recinto de pruebas de diversos prototipos y materiales con aplicaciones en dichos campos. 

En lo que se refiere a los satélites aeroespaciales, el CEC lleva a cabo el seguimiento de aquellos que tienen que ver con el clima, el tráfico marítimo, la defensa nacional y la seguridad del transporte internacional. Estos satélites, nos ofrecen datos acerca de la confluencia de barcos en los puertos canarios, permitiendo una mayor disponibilidad de las mercancías y un control más exacto sobre el destino de estas naves. Constituyen a su vez una fuente de datos útiles para instituciones de ámbito climático, como el  METEOSAT, ya que detectan rastros de polvo en suspensión, manchas de petróleo o la proximidad de una posible tormenta.

Su implicación en las investigaciones relacionadas con el espacio y el desarrollo tecnológico derivan de su pasado en manos de la entidad norteamericana NASA. Originalmente, las instalaciones estuvieron dirigidas y controladas por dicha entidad, que emplazó un entramado de antenas haciéndolas coincidir en latitud con Cabo Cañaveral. Es por ello que esta estación tomó una mayor relevancia que otras estaciones de características similares. Las pruebas iniciales se realizaron con el lanzamiento y seguimiento del satélite Explorer 9 el 16 de febrero de 1961 y el primer seguimiento operacional tuvo lugar durante la misión no tripulada Mercury- Atlas 4 el 13 de septiembre de ese mismo año. La estación también participó en el seguimiento de misiones del programa Gemini y posteriormente en el de las misiones del Programa Apolo, tras algunas modificaciones y el traslado del centro a una nueva localización. Más tarde fue usado durante las misiones tripuladas a la estación espacial Skylab y en el seguimiento de satélites artificiales. La estación fue cerrada definitivamente por la NASA el 31 de agosto de 1975 y reabierta por el INTA en 1979 para el seguimiento de los satélites Nimbus 7 y Seasat por encargo de la ESA.

En la ciudad de Las Palmas, en el norte de la isla, también podemos encontrar vestigios de una antigua torre de comunicaciones.

Las huellas norteamericanas siguen estando vivas en nuestra isla. No olvidemos que los astronautas del Apolo 11 visitaron la antigua estación de Maspalomas. Aunque es desconocido por la gran mayoría, podemos encontrar restos de esta actividad en el barrio de las Torres, en Las Palmas de Gran Canaria, no muy lejos de nuestro centro. El barrio posee ese nombre gracias a los mástiles que se instalaron en esa zona por la facilidad que aportaba en las telecomunicaciones, ya que, por su ubicación, permitía la conexión con América, África, Europa y además buques y aeronaves. Se pueden observar restos de cables que pertenecían a las torres de telecomunicaciones usadas por la NASA antes de su demolición. Estas fueron utilizadas para captar información del Apolo 11 durante su viaje a la luna, el INTA fue crucial para el alunizaje. Con el paso del tiempo las torres fueron sustituidas por unas más modernas y que requerían menos altura. La última torre se derribó en 1955 y su estructura de hierro se utilizó para la creación de la escultura abstracta “Pleamar”.

Suele resultar también desconocido el dato de que fue esta institución española la primer lugar de la Tierra en recibir las famosas palabras de Neil Armstrong al pisar la luna el 20 de julio de 1969, That’sonesmallstepforman, onegiantleapformankind.

No sabemos si Christina Koch, VictorGlover, ReidWiseman y Jeremy Hansen, los cuatro ocupantes de la cápsula Orión que viajarán a la Luna más de 50 años después, tienen intención de visitar Maspalomas, como lo hicieran Neil Armstrong, BuzzAldrin y Michael Collins tres meses después de su viaje al espacio, para agradecer la labor desarrollada por el personal de la estación canaria. Lo que sí podemos decir es que estaríamos encantados de recibirlos en la isla para escuchar de primera mano su apasionante aventura.

2 comentarios en “de la luna a caño cañaveral, pasando por maspalomas”

  1. Valeria Rodríguez Martínez

    Buen trabajo, y buen vocabulario adaptándose al tema del texto, enhorabuena a todos por su esfuerzo, buena iniciativa para aprender sobre otros campos

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *