Nuestro cerebro, el mejor y más completo ordenador del mundo, pero aun un gran desconocido para la ciencia y sobre todo, para el público en general.
Recientemente han aparecido en los medios diversas noticias sobre algunos personajes famosos con enfermedades mentales, como Bruce Willis o Chris Hemsworth.
Se ha anunciado que Bruce Willis padece demencia frontotemporal que causa alteraciones en el pensamiento y la conducta. Además fue diagnosticado de afasia que dificulta a la hora de hablar, escribir y leer. También Chris Hemsworth se hizo un test de ADN en que se confirmaba una alta probabilidad de que pueda llegar a desarrollar Alzheimer en un futuro. A raíz de ellas han circulado diversos bulos sobre enfermedades mentales que se unen a otras muchas creencias falsas relacionadas con el cerebro. ¿Qué hay de cierto en todas ellas?
A través de los sentidos, el cerebro recibe un flujo enorme de información del mundo que nos rodea, la procesa y hace que cobre significado. Además, también se encarga de regular la temperatura corporal, la circulación sanguínea, la respiración y la digestión, entre otras. Pero ¿qué ocurre realmente en nuestro cerebro? Algunas fuentes de información nos dan ideas o creencias que se transmiten y aceptamos como ciertas pero no tienen ninguna base científica. Muchos son los mitos que circulan en torno a este órgano tan apasionante, por ejemplo, que es de color gris: Solemos hablar del cerebro como la materia gris, pero es falso que sea totalmente gris. Podemos encontrar otros colores, como el blanco, el rojizo de la sangre y la llamada “substantia nigra” o sustancia negra que contiene neuromelanina y otorga pigmentos a la piel o el cabello. Por tanto, casi podríamos decir que el cerebro se parece más a un arcoíris que a una pared de hormigón.
No menos difundido es el mito de que el número de nuestras neuronas es limitado: hace ya mucho tiempo quedo demostrado que el cerebro humano genera miles de nuevas neuronas hasta pasados los 80 años, pero seguramente los mitos más repetidos son aquellos que aseguran que apenas usamos del 10 % del cerebro, o que empleamos más un hemisferio cerebral que otro. Es probable que te venga a la cabeza el nombre del alguien que parezca usar apenas un diez por ciento de su cerebro, pero no, incluso él o ella usa todo el cerebro todo el tiempo, nuestro cerebro funciona como un todo. Y también es falsa la creencia de que usamos un hemisferio del cerebro más que el otro en función de nuestras características de cognición y habilidades. Muchos creen que las personas en las que domina el hemisferio derecho son más creativas y las del izquierdo más lógicas, pero nada tiene de cierto.
Algunas otras ideas falsas que todos hemos escuchado alguna vez, son, por ejemplo, que el tamaño de nuestro cerebro determina nuestra inteligencia. Sin embargo, sabemos que el tamaño no importa: la inteligencia está relacionada con las conexiones que hay entre las neuronas, de su relación. Por ejemplo, el cerebro del delfín es mayor que el del ser humano, pero eso no lo hace más inteligente que nuestra especie, aunque sí parece cierto que su nivel de inteligencia está por encima del resto de especies . ¿Quizás sea porque los delfines escuchan música clásica? Según otro de los mitos más difundidos, podría ser. No, escuchar música clásica no nos hace más inteligentes, aunque seguramente si nos haga más felices y está demostrado que tocar instrumentos musicales mejora algunas funciones ejecutivas, la memoria y la atención.
Confiamos que la lectura de este artículo no les esté provocando sueño… y es que también es conocida la creencia de que el cerebro “deja de funcionar” mientras dormimos. No, aprovecha las fases de sueño para realizar funciones que consumen mucha energía y que no puede realizar mientras estamos despiertos realizando otras actividades. En lo que también confiamos en que este artículo les esté sirviendo para aprender algo, y tengan claro que, en contra de lo que dice la creencia popular, hombres y mujeres no aprendemos de forma diferente, ningún estudio ha podido demostrar que las conexiones entre las neuronas al crear nuevos conocimientos sean diferentes en función de nuestro género. Como tampoco es cierto que estos nuevos conocimientos generen nuevos pliegues. Las imágenes del cerebro nos lo muestran cubierto de pliegues, comúnmente conocidos como ‘arrugas’. Pero eso no significa que cada vez que aprendes algo nuevo se forme una nueva. Estos pliegues comienzan su desarrollo antes de nacer y continuarán durante nuestra infancia. Lo que sí es cierto es que el cerebro hace nuevas conexiones constantemente y rompe las antiguas, incluso en la edad adulta.
¿Y qué hay de los cinco sentidos? Pues que nos quedamos cortos. Desde pequeños se nos ha enseñado que tenemos cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Pero la cuestión es algo más complicada de lo que parece a simple vista. Algunos neurocientíficos enumeran hasta 21 formas ligeramente diferentes de detectar cosas. Por ejemplo, el tacto es en realidad una mezcla de varias. Tenemos la percepción de la presión, del calor y del dolor, llamada nocicepción.
Podríamos seguir enumerando muchos otros mitos sobre el cerebro que no se basan en estudios científicos y que aceptamos sin ningún problema, pero lo que seguro no es un mito es que el estudio del cerebro es un campo apasionante que nos deparará muchas sorpresas en el futuro.
Es un enfoque interesante el del cerebro, con numerosos bulos al respecto. Habéis mencionado hasta 10 bulos diferentes, con mucho potencial para desmentirlos. Sin embargo, muchos los desmentís con frases como «es falso», «quedó demostrado», «nada tiene de cierto»… Con poca justificación. Os animamos a que en un comentario elijáis uno de esos bulos y lo expliquéis con profundidad y referencias bibliográficas, podéis hacer uso de explicaciones basadas en la biología o la química de los procesos ¡Esperamos vuestro bulo desmentido!
Y yo creyéndome inteligente por cabezón…
Esta actividad me gustó ya que es una forma para aprender a saber que creernos y que no.
Este bulo, me ha parecido muy interesante, debido a que, nos explica como nuestro cerebro es realmente y nos demuestra que muchas de las cosas que escuchamos son bulos. Una de las informaciones más interesantes que me transmitió, fue el de que cuando estamos dormidos sigue funcionando el cerebro, que aprovecha para realizar funciones en las que se consume mucha más energía y en cambio, estás funciones no las puede realizar cuando estamos despiertos. He aprendido cosas nuevas sobre nuestro cerebro y lo que puede llegar a hacer.