A lo largo de las generaciones se han ido transmitiendo algunos mitos sobre  qué le pasa a nuestro organismo en distintos Momentos. Algunos de ellos como el “corte de digestión” o “que la comida dé sueño” los analizaremos en este artículo, Pero… ¿Son mitos o son realidad? Intentaremos desmontarlos.

Autores: Alba Risueño, Manuel Sara y Daniela Salgado. 3º ESO D IES ZURBARÁN

Siempre nos han dicho que no debemos  bañarnos después de comer, y nos acaban obligando a esperar dos horas a que hagamos la digestión para volver a meternos al agua y evitar así  un «corte de digestión”. Pero nos preguntamos si este mito  tiene realmente un fundamento científico. 

Hemos realizado una pequeña investigación sobre el tema que nos ha permitido  descubrir que  el término “corte de digestión” no existe como tal.

La doctora Esther Samper (especializada en Ingeniería Tisular Cardiovascular) explica que lo que realmente ocurre es un fenómeno  llamado hidrocución o shock térmico.

Es un síncope producido cuando la piel entra en contacto con el agua y hay un cambio brusco de temperatura.  Tras esto, el cuerpo se queda en un estado de shock en el que el  pulso y la respiración se “paralizan”.

Cuanto más fría esté el agua y más elevada sea la temperatura de tu cuerpo mayor será el acto reflejo que se genera  produciendo una disminución de la frecuencia cardíaca y la contracción de los vasos sanguíneos que llevan la sangre al cerebro.  Si la respuesta es muy fuerte puede incluso producir una muerte súbita.

Se recomienda que si el agua está a temperatura inferior a los 18º C no es conveniente zambullirse de cabeza, sobre todo si has estado al sol o haciendo ejercicio físico que haya provocado un aumento de la temperatura corporal.

Para evitar la hidrocución hay que entrar al agua lentamente mojando la muñecas, la nuca y la cabeza, de modo que el cuerpo se adapte progresivamente al cambio de temperatura. 

Podemos concluir que, según los expertos, el término “corte de digestión” no se corresponde con ninguna entidad clínica descrita, en realidad es el síndrome de hidrocución el que produce  la pérdida repentina de conocimiento o la muerte al sumergirse en el agua lo que genera que la gente se ahogue con entrada de agua o no en los pulmones.

Siguiendo con nuestra  investigación sobre creencias populares  relacionadas con la digestión analizaremos por qué la comida genera sueño. 

¿A qué persona no le ha pasado que un día está super productivo, descansa para comer y ahí terminó su racha? Pues si esto te ha ocurrido a ti, o has oído hablar de esto, te presento a la “somnolencia postprandial». 

La somnolencia postprandial o “coma alimentario» es un fenómeno que ocurre tanto en humanos como en animales (gatos, perros, gusanos etc.) Este estado  dura entre una y dos horas y se caracteriza por la llegada de cansancio, dificultad para concentrarse, sueño, estar “bajo de energías”.

Estudios realizados en el ser humano sí demuestran que la actividad cerebral disminuye después de comer, pero ¿se debe esto a una disminución del flujo de sangre en el cerebro? Parece claro que el flujo de sangre hacia el encéfalo permanece constante durante la digestión aunque si se produce una disminución de flujo sanguíneo en el músculo esquelético a favor del aparato digestivo en momentos de máxima actividad, como ocurre después de comer. 

Las posibles causas de este proceso han sido poco estudiadas por la comunidad científica pero entre las explicaciones  que más respaldo tienen están las siguientes:

  • El sistema nervioso autónomo controla muchos de los procesos involuntarios del cuerpo: respiración, circulación sanguínea, excreción de desechos, estado de alerta o la digestión de alimentos. En general el simpático activa estas funciones y el parasimpático las reprime. Después de la comida el nervio vago del sistema parasimpático redirecciona el flujo de sangre y activa el proceso digestivo: activa el peristaltismo, estimulan la salvación y la liberación de moléculas implicadas en la digestión, como insulina, lipasas, etc.
  • El hipotálamo es una región del cerebro que participa en la regulación de los ciclos circadianos (vigilia y sueño). Las hormonas y neurotransmisores que  intervienen en su funcionamiento son, entre otras, la melatonina, la serotonina o la adenosina. La secreción de estas hormonas aumenta cuando suben los niveles de glucosa generados tras las comidas. La actuación de estas sustancias disminuye el estado de alerta y contribuye a la sensación de sueño.
  • Quizás ambos mecanismos están implicados en la somnolencia que permite priorizar la función digestiva frente a otras. 

Está demostrado que este fenómeno ocurre con más intensidad y con más frecuencia en personas que comen mucho o que se dan comilonas con frecuencia. 

Salir a dar un paseo después de la comida activa el sistema nervioso simpático y disminuiría la somnolencia, aunque quizá la mejor idea no sea evitarlo sino dejar que ocurra. Echar una pequeña siesta de entre 20 y 30 minutos después de comer puede ser una opción excelente para descansar y retomar fuerzas para el resto del día. 

Como conclusión podemos destacar que no existen los temidos  cortes de digestión y que el flujo de sangre en el encéfalo permanece constante durante el proceso digestivo.  

Referencias: 

“El cuaderno de Cultura Científica digital” UPV

Samper, E. 2009 Los enigmas del sueño. El País. 9 de septiembre.

Samper, E. 2011. El corte de digestión: A fondo. El País 1 agosto.

MedTempus. Blog de divulgación científica de Esther Samper. https://culturacientifica.com/contacto/

Wikipedia. 2021. Hidrocución.

5 comentarios en “DESMONTANDO MITOS DEL PROCESO DIGESTIVO”

  1. Genial contribución a desmentir dos de estos bulos. Ponéis un subtítulo inicial que introduce muy bien al lector en la temática del texto, planteáis la problemática y vais aportando testimonios bien señalizados. El texto está bien hilado e ilustrado, y desmentís los bulos con buenos argumentos sobre biología. Quizás hemos echado en falta que las referencias a la bibliografía se incluyeran en el texto principal, donde correspondiera, sobre todo para las recomendaciones de buenas prácticas que hacéis al final de los dos bulos ¡Gracias por vuestra participación!

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