El cáncer. Una enfermedad de la que todos hemos oído hablar. Se conocen cientos de tipos de cánceres, algunos más graves que otros y que responden de manera distinta a las terapias aplicadas.

En esta noticia vamos a abordar los nuevos procedimientos y tratamientos para hacer frente a estos tumores, ante la respuesta negativa que tienen en algunos casos frente a las respuestas tradicionales.

Imagen de la Dra. Mónica Álvarez observando en el microscopio un cultivo de organoides en el laboratorio.

Para poder entender una de las líneas de investigación más novedosas frente al cáncer, nos hemos puesto en contacto con la bioquímica Mónica Álvarez Fernández, que se reconoce deudora y admiradora de investigadores como Carlos López Otín o Manuel Serrano y que, a través de su perseverancia, inquietud, curiosidad y creatividad, así como de su capacidad del trabajo en equipo, ha conseguido, junto a sus colaboradores, combinar fármacos ya descubiertos con anterioridad con la quimioterapia para potenciar los efectos de esta última. Su trabajo en el ISPA (Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias) se centra en el proceso de división celular y en su implicación en el cáncer.

A pesar de los progresos alcanzados en las últimas décadas en la investigación sobre el cáncer, la tasa de supervivencia en pacientes con carcinomas de cabeza y cuello (CECC) es de aproximadamente un 50%, sin que se perciban mejoras en los últimos años. Este tipo de cáncer tiene más de 800.000 nuevos casos diagnosticados cada año a nivel mundial. Solo un 30% de los pacientes responde a los tratamientos como consecuencia de su alta toxicidad, la frecuente aparición de resistencias y la falta de biomarcadores.

Las investigaciones de Mónica Álvarez se han orientado a la generación de organoides. A partir de muestras de tumores y sus réplicas de laboratorio, se buscan datos que ayudan a decidir cuál es la mejor estrategia para hacer frente a la enfermedad. Esto permitirá ahorrar tiempo y efectos secundarios en los tratamientos, ya que será posible conocer el resultado con antelación.

Mónica Álvarez nos ha explicado en qué consiste el cáncer que ella investiga -el cáncer de cabeza y cuello-, que se origina en la garganta, boca, faringe, laringe… como consecuencia, principalmente, de la exposición a carcinógenos, como por ejemplo el tabaco, o por infecciones de virus como el del papiloma humano y que tiene una gran presencia en Asturias. Este tipo de cáncer, incluso después de pasarlo, deja secuelas ya sea por efecto de la quimioterapia, radioterapia u operación que se traducen en la pérdida de la capacidad de hablar, de tragar, de respirar… Uno de los problemas que presentan estos tumores es que, en los últimos treinta años, no se ha mejorado su tasa de supervivencia.

Como ya hemos comentado, los tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia a veces no son suficientes e incluso pueden dejar graves restos tras su aplicación. Por esta razón, el equipo de Mónica Álvarez estudia la razón de los fracasos de los tratamientos en algunos de estos tumores, especialmente en cabeza y cuello, y busca una respuesta a este problema.

Imagen histológica de un organoide derivado de una biopsia de un paciente con cáncer de laringe, réplica tumoral generada por el grupo de Mónica Álvarez para ensayar nuevos tratamientos.

La investigación que está realizando en este momento Mónica Álvarez permitirá la mejora de los efectos de la quimioterapia por dos razones: la primera es que más pacientes responderán al tratamiento de forma positiva y la segunda que permitirá bajar la dosis de quimioterapia necesaria. El objetivo es que se puedan desarrollar programas de medicina personalizada.

La quimioterapia daña las células tumorales, pero una pequeña parte logra recuperarse del tratamiento y seguir proliferando. La estrategia de Mónica Álvarez y su equipo se basa en atacar, tras haber recibido quimioterapia, unas moléculas implicadas en la proliferación descontrolada de las células tumorales para que el tumor no continúe multiplicándose. Esto se podría aplicar también en otro tipo de cánceres, como el de páncreas, de importante gravedad, y con baja supervivencia.

La parte buena de estas investigaciones es que este arduo trabajo está dando progresos, especialmente gracias al uso de los organoides. Sin duda se trata de un avance extraordinario, que tal y como indicó la científica, no podría haber sido posible hace veinte años.

Mónica Álvarez también nos ha explicado que, si tuviera que pedir algo, sería financiación ya que, de acuerdo con sus palabras, es necesario incrementar la inversión en investigación para hacer posible la obtención de resultados que aumenten la supervivencia frente a determinados tumores.

https://www.ispasturias.es/investigacion/cancer/cancer-de-cabeza-y-cuello/monica-alvarez/

https://www.elcomercio.es/asturias/vuestra-edad-claro-20210209001016-ntvo.html

https://www.lavozdeasturias.es/noticia/loquenotedebesperder/2022/11/09/inyeccion-ciencia/00031667987344891605537.htm

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