Azúcar blanco, panela y azúcar moreno, comparando las tres caras de un mismo producto.
El azúcar de mesa (sacarosa) lleva siendo un ingrediente en nuestras dietas desde hace muchísimos años, endulza bebidas, postres y hasta productos en los que son totalmente inesperados por ejemplo, lo encontramos en algunas marcas de maíz o guisantes en conserva o en algún tipo de embutidos).
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Los pioneros en la producción de azúcar en España fueron los árabes. Estos introdujeron el cultivo de la caña de azúcar (procedente de Nueva Guinea e India) en los regadíos del mediterráneo.
Desde entonces su consumo ha crecido exponencialmente e incluso han surgido diferentes tipos de azúcar que nos hacen preguntarnos si uno es mejor que el otro para nuestra salud. En la era de internet, nos encontramos periódicos que quieren darnos respuesta, y muchas veces la información es contradictoria: El Mundo, La Razón y podríamos seguir añadiendo más ejemplos.
El azúcar refinado o sacarosa es el azúcar blanco, que ha sido sometido a un proceso de purificación en el que se refina y se eliminan las sustancias no deseadas. La mayor parte del azúcar moreno que se vende en el supermercado es realmente azúcar refinado al que se le ha añadido en el proceso final una melaza que da su color característico y su diferente sabor, es decir, no es auténtico azúcar moreno (que sería azúcar crudo sin refinar). La panela se obtiene de la concentración del jugo de la caña azucarera.
En cuanto a su composición, no hay muchas diferencias entre los tres tipos de derivados de la caña de azúcar. El azúcar refinado tiene una composición de hidratos de carbono de 99.5g por cada 100g. El azúcar moreno (refinado), 99.7 g de hidratos y la panela entre 85- 95 g. Las diferencias son tan pequeñas que según Manuel Moniño, Miembro de honor del cuerpo de académicos, del comité científico y del Área de Gestión del Conocimiento Científico de la Academia Española de Nutrición y Dietética, “la panela y el azúcar son prácticamente idénticos desde el punto de vista nutricional”
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La guía publicada por la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco titulada: azúcar y edulcorantes ¿Qué debo saber? , nos dice: “… en la actualidad es común encontrar algunas variantes del azúcar de mesa como la panela, que en definitiva no deja de ser azúcar moreno más o menos refinado y, por lo tanto, no son más saludables”. Y teniendo en cuenta que la OMS recomienda una ingesta de azúcares añadidos de no más de 25 g al día (muy poco teniendo en cuenta que los alimentos procesados están llenos de este producto) podemos decir que más que escoger entre azúcar moreno, blanco o panela debemos moderar el consumo y descubrir el sabor natural de los alimentos. Teniendo en cuenta que las tres opciones son similares, y que las diferencias son mínimas, lo mejor sería, más que cambiar el tipo de azúcar, aprender a vivir con menos. El mejor azúcar es aquel que no necesitamos añadir.
Luka Barbosa, Antón Gallego, Lucía González, Noa Orejas, Iker Rocha, Noa Rodríguez, Lucas Sánchez y Alejandro Taboada. 3º ESO