LA IMPORTANCIA DE LAS VACUNAS EN LA TOSFERINA

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una vacuna es cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos.

El origen de las vacunas nos lleva a China con una técnica llamada variolización. Esta técnica, que buscaba prevenir la viruela, consistía en pulverizar las costras de una persona enferma con síntomas leves para ingerirlas por la nariz de personas sanas para inmunizarlas.

Otro comienzo de las vacunas inicia con el médico Edward Jenner, quien observó que las personas que ordeñaban vacas y contraían la viruela bovina estaban protegidas contra la viruela humana. En 1796 inoculó a un niño de ocho años fluido de las pústulas (tipo de espinillas) de viruela bovina y cuando, posteriormente, le inyectó el virus de la viruela humana el niño ni se contagió ni tuvo síntomas. Más tarde, en el siglo XIX, el médico francés Louis Pasteur desarrolló el segundo tipo de vacunas, entre otras contra el cólera o la rabia, e introdujo el término vacuna en honor a los experimentos con las vacas de Jenner.

Desde entonces hasta nuestros días, las vacunas permiten prevenir decenas de infecciones diferentes. Según la OMS, solo la del sarampión salvó 23 millones de vidas entre 2000 y 2018, especialmente niños.

Como hemos podido observar con el reciente caso del brote de tosferina en la comunidad de Castilla la Mancha es mucha la necesidad e importancia de estas vacunas, que nos permiten disminuir las tasas de mortalidad, mejorando la salud de la población en todo el mundo.

La tosferina es una enfermedad muy contagiosa causada por una bacteria llamada Bordetella pertusis que provoca una infección respiratoria. Aunque puede afectar a cualquier edad, incluso a adultos, durante los primeros meses de vida es cuando la enfermedad puede ser más grave y puede ser necesaria la hospitalización del bebé. En algunos casos puede ser mortal. El histórico de datos del Instituto de Salud Carlos III confirma fallecimientos previos a causa de esta bacteria: desde 2005 se han registrado 59 muertes vinculadas a esta enfermedad.

La cantidad de afectados por el brote de tosferina en la provincia de Guadalajara llegaba ya a más de 500 casos a principios del mes de marzo, siendo la mayoría de los casos niños. También en Navarra se puede ver varios casos. Esto puede pasar por una baja vacunación de tosferina en embarazadas según los pediatras del país. La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) ha advertido de que no se alcanza el objetivo de cobertura deseable. Un bebé murió el año pasado por tosferina en España. Así consta en el informe del Centro Nacional de Epidemiología (CNE) del Instituto de Salud Carlos III con los casos registrados en 2023. Se trata de un lactante, “menor de un mes, sin condiciones de riesgo” cuya progenitora no se había inmunizado “durante la gestación”.

Respecto a las embarazadas, “se trata de realizar una doble protección, a la madre y al recién nacido”. “Al administrar la vacuna frente a la tosferina durante la última etapa del embarazo aumentan las defensas en la embarazada. Estas defensas (anticuerpos) pasan a través de la placenta y protegen al recién nacido hasta que este reciba la primera dosis de la vacuna frente a la tosferina según el calendario de vacunación (periodo en el que es más vulnerable a las complicaciones de esta enfermedad)”, dice un documento del Ministerio de Sanidad. La cobertura de vacunación en embarazadas alcanzó el 87,2% en 2022. En niños y niñas, se ha mantenido por encima del 90% en las últimas décadas.

Por este motivo, las vacunas son ayudas eficaces e importantes para la salud de todos, tanto de niños como de adultos. A lo largo de este artículo hemos podido observar lo necesario de este elemento en nuestras vidas, ya que pueden provocar brotes que pueden llegar a mayores pandemias y bebés que han sido afectados porque sus madres no habían sido vacunadas anteriormente. Con esto, concluímos el valor de las vacunas en el mundo.