El pasado mes, el catedrático de la Uex José Manuel Vaquero Martínez visitó nuestro centro para impartir una fascinante charla titulada «El Sol y los rayos cósmicos». Tras la charla, tuvimos la oportunidad de entrevistarlo para nuestra revista de ciencia. Estas son algunas de las preguntas que le hicimos y sus respuestas.

¿Dónde estudió y cómo fue su trayectoria académica?
Siempre he estado vinculado a la Universidad de Extremadura, es lo que se llama mi «alma máter». Estudié la licenciatura en Física allí, a principios de los años 90. Durante un tiempo trabajé en la empresa privada y también en educación. Luego volví a la universidad, donde realicé mi doctorado en Ciencias Físicas. Desde entonces, soy profesor en la misma universidad.
En 2010 fui nombrado Profesor Titular de Universidad en el área de Física de la Tierra, y en 2019 Catedrático en el mismo área.
¿Qué le llevó a estudiar Física?
La verdad es que ni yo mismo lo sé muy bien. En la preinscripción puse primero Física y después Magisterio. Muchos me dijeron que estaba loco por no poner primero Magisterio, porque es muy bonito estar en un pueblo enseñando. Pero yo creo que lo importante no es tanto qué estudies, sino estudiar. La vida es larga y el camino puede cambiar mucho. El último Nobel de Física, por ejemplo, había estudiado Psicología Experimental. Al final, todas las ciencias están conectadas. No os agobiéis, sois jóvenes: incluso si os cambiáis de carrera, no pasa nada.
¿Qué le motivó a empezar a investigar? ¿Y cómo ha cambiado esa motivación con el tiempo?
Siempre me gustaron muchas cosas, así que fui aprovechando oportunidades. Una de mis principales líneas de investigación es la actividad solar como forzador del clima. Desde pequeño observaba las manchas solares con mi telescopio. Además, era un lector empedernido, algo que considero esencial. Con el tiempo, he trabajado en muchos temas dentro del área de Física de la Tierra: arqueología, volcanes, terremotos… Me gusta aplicar el conocimiento a muchos ámbitos distintos.
¿Cómo compagina su labor como docente con la investigación?
En teoría, en la universidad tenemos menos carga lectiva para poder investigar. Pero en la práctica, la situación en España es complicada y a menudo damos más clases de las que deberíamos. Eso nos quita tiempo para investigar, lo que no ocurre tanto en otros países.
¿Está bien valorada la investigación en España o es mejor salir al extranjero?
La ciencia es, por naturaleza, internacional. Es imprescindible colaborar con colegas del extranjero. Yo mismo he pensado en irme, pero encontré mi sitio en Badajoz y estoy a gusto. De todas formas, asistimos a congresos internacionales y mantenemos esas conexiones.
¿Por qué le interesó estudiar la actividad solar y el clima terrestre en épocas antiguas?
Desde niño fui un astrónomo aficionado. Con los telescopios que tenía, lo que mejor se veía era el Sol y la Luna. Más tarde, me fascinó la historia del clima terrestre. Aunque ahora trabajo con datos de los últimos siglos, en realidad esto es solo un instante en los 4.500 millones de años de historia de la Tierra. También me encanta la historia y trabajar con documentos antiguos en bibliotecas y archivos. Todo eso me llevó a interesarme por esta línea de investigación.
¿Cuál ha sido la investigación más larga o la que más ha disfrutado?
Una de las investigaciones que más he disfrutado fue el desarrollo de un dispositivo para la recuperación de micrometeoritos. Junto con mis colegas María Cruz Gallego e Irene Tovar, diseñamos un modelo de utilidad que facilita la recolección de estas diminutas partículas espaciales, permitiendo estudiar la concentración de polvo en el Sistema Solar y analizar la composición de cuerpos de los que no se disponen de muestras.
¿En qué se basan sus investigaciones actuales? ¿Son más teóricas o prácticas?
Mi trabajo mezcla teoría y análisis de datos. Usamos muchas técnicas estadísticas, inteligencia artificial, redes neuronales, Big Data… Por ejemplo, ahora estamos utilizando Deep Learning para predecir los ciclos de actividad solar. Son herramientas modernas que nos permiten explorar mejor los fenómenos solares y climáticos.
¿Qué desafíos implica investigar el Sol y el clima terrestre?
Uno de nuestros logros ha sido demostrar que el Sol no es el responsable del actual cambio climático, sino los gases de efecto invernadero. Sin embargo, quedan muchas preguntas por responder, como qué pasará si vuelve un mínimo solar como el de Maunder en el siglo XVII. Además, tenemos el desafío de aplicar tecnologías emergentes a nuestras investigaciones.
¿Cómo impactan sus investigaciones en nuestro conocimiento del clima y del Sol?
A veces no se entiende cómo investigaciones muy teóricas pueden tener impacto real. Pero son esenciales. Por ejemplo, el funcionamiento de los móviles depende de teorías del siglo XIX, como las Ecuaciones de Maxwell y la Relatividad. Las investigaciones de hoy podrían ser fundamentales dentro de 100 años. Por eso es tan importante seguir investigando, aunque el resultado no sea inmediato.