«Nada en este mundo debe ser temido..solo entendido. Ahora es el momento de comprender más, para que podamos temer menos»
Marie Curie
En la actualidad, existen muchos mitos y creencias erróneas que circulan en torno a diversos temas relacionados con la Ciencia, desde la salud hasta el medio ambiente. Las redes sociales son un lugar con una cantidad de información casi infinita, lo cual en muchos casos es bueno pues crea entretenimiento o sirve para encontrar mucha información, pero en otros puede generar confusión por los bulos o fake news, artículos que pretenden difundir información errónea solo con el propósito de confundir. Cualquier información que queramos considerar veraz debe basarse en estudios científicamente probados y respaldados por un amplio consenso de la comunidad científica. Podemos confiar en publicaciones realizadas en revistas científicas especializadas, pero con la inmensa cantidad de información poco contrastada disponible en la red, es probable que nos encontremos con noticias poco veraces o con medias verdades, muchas veces creadas para satisfacer intereses que van en contra de la verdad e incluso difundidas por personajes públicos con relevancia social.
Es importante abordar estos mitos y desmentirlos con evidencia científica para evitar confusiones y tomar decisiones erróneas, por lo que abordaremos algunos de los mitos más populares y extendidos en torno a temas como el cambio climático, la radiación de dispositivos electrónicos, la alimentación y la adaptación de los animales al cambio climático. Desmentiremos estos mitos y ofreceremos información objetiva y precisa a través de la evidencia científica. Iniciamos está serie de verificación desmintiendo fake news relacionadas con el cáncer.
Uno de los bulos más extendidos relacionados con el cáncer es el siguiente:: “El móvil, el Wifi o calentar la comida en el microondas producen cáncer”. No hay evidencia científica que respalde el mito. La radiación emitida por los teléfonos móviles y los dispositivos inalámbricos es de baja frecuencia y no ionizante, lo que significa que no tiene suficiente energía para dañar las células y causar cáncer. Del mismo modo, los microondas tampoco emiten radiación ionizante y no alteran la estructura molecular de los alimentos de una manera que pueda provocar cáncer. Además, varios estudios han investigado la relación entre la exposición a estas fuentes de radiación y la enfermedad, y no han encontrado evidencias significativas que respalde esta idea
Si bien es importante tomar precauciones y reducir la exposición a la radiación en ciertas situaciones, como en trabajos con exposición prolongada a radiación ionizante, la mayoría de las personas no deben preocuparse por el uso de dispositivos electrónicos cotidianos y el calentamiento de alimentos en microondas en relación con el cáncer.
Respecto al uso de los móviles, el último estudio publicado ha sido realizado en Reino Unido por equipos de investigación de la Universidad de Oxford y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC). LA muestra del estudio ha sido de más de 800000 mujeres durante 16 años y la conclusión, a partir de los datos recabados, es que el riesgo de padecer un tumor cerebral es similar entre quienes utilizan teléfono móvil y entre las que no lo han tenido nunca. Además, estás conclusiones coinciden con las extraídas del estudio internacional MOBI-Kids en el que los participantes eran jóvenes de 14 países diferentes.
Otro de los bulos más frecuentes circulando por las redes es en relación con el plástico y el ´cáncer: “Calentar alimentos en recipientes plásticos es causa de 52 tipos de cáncer” Aunque algunas personas piensan que el plástico puede liberar sustancias químicas nocivas como las dioxinas, los policlorobifenilos y el bisfenol A. cuando se expone a altas temperaturas, la mayoría de los recipientes de plástico utilizados para almacenar y calentar alimentos son seguros, ya que fueron diseñados para serlo. Es cierto que algunos tipos de plástico, como el bisfenol A, pueden liberar sustancias químicas cuando se exponen a altas temperaturas (BPA). Sin embargo, la mayoría de los recipientes de plástico utilizados para almacenar y calentar alimentos están fabricados sin BPA ni otros productos químicos potencialmente dañinos. Los materiales utilizados para fabricar los plásticos destinados a las cocinas suelen estar marcados como «aprobados por la FDA» (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) y son seguros para su uso en contacto con alimentos. Además, la FDA y la Unión Europea establece normas para garantizar que estos materiales sean seguros para su uso en la cocina.
En conclusión, es importante ser críticos con la información que recibimos y asegurarnos de que está respaldada por evidencia científica confiable. Los mitos y las creencias erróneas pueden tener consecuencias graves en nuestra vida diaria y en el mundo que nos rodea.
¡Buena aportación! Nos ha gustado la introducción, porque a veces son cosas que damos por hecho erróneamente que los lectores lo saben, y nunca está de más recordarlo. Respecto a los bulos, os animamos a que en próximas entradas a Aulacheck que mandéis los tratéis individualmente, para poder profundizar un poco más en cada uno de ellos. De esta manera, acabaríais aclarándole al lector más conceptos (en este caso, qué es la radiación ionizante, las dioxinas, los policlorobifenilos o el bisfenol A, cuál es el proceso biológico que hace que la radiación dañe las células, o qué proceso químico sufren las sustancias del plástico para liberar otras dañinas, etc). También os invitamos a poner más bibliografía, como por ejemplo la de ese estudio sobre el cáncer (https://academic.oup.com/jnci/article/114/5/704/6554484?login=false) Nos parecen interesantes las temáticas, así que estaremos al tanto del resto de la serie de bulos ¡Gracias!
Gracias por todas las aportaciones. En las próximas publicaciones, así lo haremos. Un saludo